miércoles, 16 de octubre de 2013

JUAN BAUTISTA DE LAVALLE

BIOGRAFIA
Nació en el seno de la aristocracia colonial como hijo de José Antonio de Lavalle y Cortés, 1er conde de Premio Real, y de Mariana Zugasti y Ortiz de Foronda. Incorporado al batallón de infantería de las milicias españolas de Lima en calidad de cadete (1789), fue sucesivamente ascendido a subteniente (1793), teniente (1796), capitán (1800), coronel (1815) y brigadier(1823).
Fue asimismo designado caballero de la Orden de Alcántara (1802), alcalde ordinario de Lima (1814) y regidor perpetuo de la misma (1816). Nombrado gobernador intendente de Arequipa(22 de marzo de 1816), fue allí la última autoridad virreinal, pues por efecto de la capitulación de Ayacucho cesó en enero de 1825. En ese lapso instaló la Academia Lauretana de Ciencias y Artes, de la que fue su primer presidente; fue además reconocido como coronel efectivo (1821), ascendido a brigadier (1823) y honrado con el título de comendador de la Orden de Isabel la Católica.
Transmitió la gobernación de Arequipa al general Francisco de Paula Otero, quien fue así el primer prefecto del departamento. Y desde entonces prefirió mantenerse en el retiro y apartarse de toda participación en las luchas republicanas. Pero su ya reconocido prestigio como hombre de Estado hizo que se requirieran sus servicios ante situaciones críticas que vivió el país, bajo la dictadura del general Felipe Santiago Salaverry: en (1835) fue nombrado prefecto de Lima y luego miembro del Consejo de Gobierno, a cuya presidencia fue elevado debido a la negativa del mariscal Agustín Gamarra, originalmente designado. En tal calidad Lavalle se encargó del Poder Ejecutivo el 10 de octubre de 1835 cuando Salaverry abandonó la capital para emprender la guerra contra la invasión boliviana.
El Consejo de Gobierno, presidido por Lavalle e integrado por personalidades civiles como Manuel Ferreyros, José M. Lizarzaburu y Joaquín Arrese, resultó ser un organismo inocuo, falto de entereza y dinamismo. Al haberse llevado Salaverry de Lima hasta a los hombres encargados de la policía, la capital y sus alrededores fue asolada por los bandidos y montoneros. El Consejo de Gobierno, arguyendo que Salaverry hacía uso de su autoridad en el sur, que el norte había sido ocupado por fuerzas enemigas que avanzaban a Lima, y que por ende no tenía ya espacio donde ejercer su autoridad, suspendió el ejercicio de sus funciones (27 de diciembre de 1835). Un bandido, el célebre negro León Escobar, aprovechó la situación y cometió fechorías en la capital, aunque es falsa aquella versión que asegura que se sentó en el sillón presidencial, tal como se cuenta en una de las tradiciones de don Ricardo Palma. El general orbegosista Francisco de Vidal ingresó a la capital e impuso el orden, ordenando el fusilamiento de Escobar. Luego asumió provisionalmente el poder en nombre de Orbegoso (30 de diciembre de 1835).
Lavalle volvió a encargarse del Poder Ejecutivo del 20 de agosto al 20 de octubre de 1842 cuando el general Juan Crisóstomo Torrico (autoproclamado Jefe Supremo) hubo de marchar hacia el sur para enfrentarse a las fuerzas que respaldaban la autoridad del general Francisco de Vidal. Éste triunfó y asumió el poder en Lima, desplazando a Lavalle.

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